Con los discos duros tradicionales acercándose a su techo de innovación tecnológica, no era más que cuestión de tiempo que un digno competidor (y quizá en un futuro, sucesor) apareciera en escena, y, efectivamente estamos hablando de los discos SSD. Un SSD es un dispositivo de almacenamiento de datos que en contraposición al disco duro tradicional (HDD) no está construido con partes mecánicas móviles y un disco siempre en rotación, sino que funcionan en base a una memoria flash similar a la que podríamos ver en una memoria USB.
La tecnología SSD está empezando a abrirse un gran hueco en el mercado, resultado de una importante disminución en sus precios y en la cada vez más notable mejora de sus características.
Pero, sin sumergirnos en tecnicismos, ¿Qué ventajas nos proporciona un disco SSD frente a uno tradicional?
1. Velocidad: Posiblemente la mayor ventaja de los discos SSD frente a los HDD es la velocidad de lectura y escritura, pudiendo llegar la velocidad del SSD a ser decenas de veces mayor a la de un HDD.
2. Resistencia a golpes: Al no tener partes mecánicas en movimiento en su interior, disfruta de una mayor resistencia a golpes y vibraciones, característica especialmente crítica en ordenadores portátiles. Esta característica también se traduce en una ausencia casi total de ruido por parte del dispositivo.
3. Consumo energético: Si bien los discos SSD consumen menos, esto no es una característica especialmente interesante ya que no aporta una gran repercusión. Exceptuando el caso de los ordenadores portátiles, donde puede aumentar la duración de la batería de manera notable.
1. Capacidad de almacenamiento: Si bien destacan por su velocidad, los SSD se ven penalizados en la capacidad de almacenamiento, siendo las capacidades más comunes las de 120, 240 y 480 GB(gigabytes). Por otro lado, los HDD pueden alcanzar desde los 500GB hasta los 10TB (10.000 GB).
2. Precio por gigabyte: Aunque a cada año se mejora notablemente el precio de los dispositivos SSD, y se encuentran ahora en un precio bastante asequible, una de las grandes ventajas de los HDD es que, por el mismo precio, vamos a poder tener más GB de almacenamiento.
Los discos SSD son una muy buena alternativa a las HDD, siendo especialmente útiles en el caso de no necesitar una gran capacidad de almacenamiento en nuestro PC. Por ejemplo, si utilizamos plataformas como Netflix o Spotify en vez de descargar y almacenar las películas y música que nos gustan. Brilla también el SSD en los equipos portátiles, ya que su resistencia a los golpes y su reducción en el gasto de energía hacen que tengamos un equipo más robusto y una batería más duradera.
Por último, si queremos la mejor opción calidad/precio, no podemos obviar la posibilidad de mezclar lo mejor de cada dispositivo, utilizando un SSD y un HDD a la vez. Almacenando el sistema operativo y los programas importantes en el primero, y nuestros datos como fotos o música en el segundo, obtenemos una gran velocidad en la mayoría de nuestras aplicaciones y una capacidad de almacenamiento envidiable. De esta manera, sin la necesidad de hacer una gran inversión en un SSD de gran capacidad, obtenemos una alternativa con un rendimiento similar y al alcance de más presupuestos.
En definitiva, un gran dispositivo que conviene tener en cuenta a la hora de elegir disco duro para nuestro ordenador.
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